Hace tiempo que no nos econtrarnos... Al parecer, algunos obstáculos que amenazaban con hacer naufragar la actividad cinematográfica en nuestro país, durante el 2009, culminaron en feliz desenlace gracias a las movilizaciones de "la comunidad cinematográfica". Cerramos el año con 2 preocupaciones menos: el ordenamiento al Art. 226 -para que opere como el estímulo que es-, y nos resistimos a que los recortes en materia cultural alcanzaran sin más al IMCINE, y otros organismos. Nos pronunciamos.
Si bien el 2010 plantea un escenario lógimente distinto al del año anterior, en México por lo menos se contará con semejantes recursos gubernamentales para dar continuidad al fomento de la actividad cinematográfica. Y ese "por lo menos" es significativo si somos sensibles al estado de cosas que se observa en otras disciplinas artísticas. Significativo, pero no justo.
Nos oponemos a la servidumbre voluntaria de las conciencias, y a la venta al mayoreo de engaños que intentan pasar por sensato, lo que no es. En el orden social, político, económico... hay evidentes desatinos que cada vez cobran consecuencias más alarmantes, y está por demás traerlas a colación cuando todos las padecemos a diario. El caso es que quien toma las decisiones tiene el poder (este sería un buen momento para tomarlo), y en quien tiene el poder, recae una responsabilidad (nuestro tiempo nos apura a asumirla). Así que con independencia de ideología, "los de arriba y los de abajo" compartimos espacio y tiempo, por eso urge que nos pongamos de acuerdo, genuinamente.
Ojalá que el balcón de la creación no nos aparte de la realidad, tanto, como para mudarnos del todo a su ficción. Ojalá que "la comunidad cinematográfica" de nuestro país, se exprese con todos sus rostros, se nutra por todas sus voces, y tienda genuinos puentes para las transformaciones que aún están pendientes en nuestra disciplina, y en la cordenada histórica que transitamos.
Los invitamos a que expresen sus inquietudes e ideas sobre el rumbo que debemos tomar como colectivo, aquí buscaremos la forma de difundirlas y enriquecerlas. Es necesario que esa llamada "comunidad" se manifieste auténticamente, más allá de los rostros de los personajes de siempre o la natural exposición mediática de nuestros actores. No porque seamos adversarios, sino porque una sana comunidad evita la concentración del poder en unos cuantos. Ya lo advierte nuestra historia. Así que la invitación se hace extensiva para que aquellos círculos que tienen acceso a información -o participan en procesos relevantes a "la comunidad"-, difundan por este u otros medios las iniciativas que se estén tomando. Pues suele ocurrir que sea un reportero quien nos termine sorprendiendo con asuntos o medidas que inciden en el quehacer de una "comunidad" polifacética y distribuída a lo largo y ancho del país, y que a veces no está vinculada a pleno; ni siquiera por facebook.
Aún es enero, reciban un abrazo de fin de mes, porque seguramente el fin de año; recibieron muchos.
Que en este 2010 lo que ahora soñamos, suceda.